Mes: julio 2014

Alunación (La última palabra)

Alunación.
Quiero decir eso (y no alucinación) porque creo que significa una especie de influjo muy fuerte y palpable de la fuerza lunar. Cómo os explico que cada vez que hay luna llena, algunas vibraciones aprovechan y se salen con la suya; y, al otro día, los seres humanos no entienden qué corno sucedió.

Alunados estábamos todos durante ese domingo a la tarde, ya que el sábado 12 la luna llena había descargado toda su intensidad sobre nuestros inocentes cuerpos (compuestos en un 70% de agua).
Y por la noche, encima, lloviznaba. Yo no entendía nada: me sentía irritada, estaba triste y quería salir, igual, a ver qué habíamos perdido realmente. Las conclusiones fueron éstas:

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A primera vista, no se habían perdido las ganas de bailar el domingo a la noche en la plaza.

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 Tampoco las ganas de correr tras la pelota o andar en la bici.

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Las ganas de revolear banderas, reírse con extraños y tocar bocina también estaban ahí.

Así como las ganas de no hacerle caso ni a los semáforos ni al clima. Y hacer un rato la que pinte, pasear, comerse un chori. Pero, a decir verdad, cada dos minutos el murmullo me recordaba lo que había sucedido.

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En las últimas semanas, unas ganas y unas certezas de que ese festejo colectivo sucedería estuvieron siempre ahí. No sólo eso, sino que existían cada vez más fuertes, se acumulaban in crescendo.

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Me perdí la vuelta por el Olmos el último 9 de julio: me repetía a mí misma que igualmente podría festejar una vez más el domingo. Al último hasta imaginaba la visita de la copa por las ciudades, los desfiles; en mi fantasía, hasta pegaba onda con Pipita Higuaín. Qué bravo todo.

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Las ganas de tirar los papelitos habían podido más.

En verdad no sé muy bien qué hacíamos ahí, después de todo, contentos pero sin poder sostener la mirada un segundo y detener el puchero. De repente pensaba, qué hacemos que no hemos aprovechado las Leonas, los Pumas, las copas del tenis para celebrar más seguido. «Que no se corte» resumirían algunos.

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Sobrevivía la costumbre de pasear a pie por la Yrigoyen, por ejemplo, sin tener que aguantar automóviles aquí y allá.

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Ni qué decir de las latas de espuma loca, los redoblantes sonando sin parar y las bombas de estruendo propiamente detonadas.
Después de aquella final escurridiza y de aquel anochecer atontado y alunado de domingo, quedaron las ganas de llevarse el mejor souvenir de este mundial.

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Y esa necesidad de apropiarse de todo, de recorrerlo todo, de salir no importa cómo a festejar a la calle una vez más.

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Aquí va un enlace con muchos más pensamientos, reflexiones y comentarios sobre todo lo que sucedió:

– Los Cuadernos del Mundial de CLACSO

Hacedores en vivo y en directo

Conozco muchos bares y también conozco Dadá Mini. Casi desde que abrió fui de vez en cuando, a beberme una cerveza con amigas o a lo mejor un mojito. No sé por qué lo asocio con el verano. Alguna vez hice previa bien elegante ahí; otra vez llegué con las bolsas desde la verdulería, un domingo a la tardecita, con igual comodidad.

Y ahora gracias a su calidez también queda asociado al invierno, y a una persona de rulos locos, y a las charlas con Ellos, Los Que Hacen Que Las Cosas Pasen.

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El valiente rompehielos de la velada, Diego Cortés.

Con una puntualidad más bien mexicana, la charla arrancó con Cortés compartiendo pedacitos de su vida en Llantodemudo Ediciones, una editorial local que se le anima al cómic y a la poesía, y ha logrado su propio lugar en la colorida escena editorial local.

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Llantodemudo publica más que nada cómics; muchos de ellos creados por Cortés.

Todavía muchos desconocen su diverso catálogo; imagino que creen que es una editorial más y se encuentran con gente que hace cómics de excelente calidad. Y poesía. Ramas exóticas si las hay para salir a vender. Todo con una serenidad tremenda.

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Una concurrencia abrigadita y atenta.

Diego también habló sobre la próxima edición de una tira a cargo de un compatriota, radicado en los EEUU, y del orgullo de haber sido elegidos para esa primera edición. Llantodemudo también trabaja en estrecha colaboración con Palp, una revista que publica autores locales a lo loco. Al final me dejó con ganas de volver a casa a revisar aquella mini colección de historietas.

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Hola! Ella es Carolina Goldberg. Ella es Tomás & Anouk.

Cuando sentía nombrar la marca  de indumentaria Tomás & Anouk imaginaba a un muchacho de gafas cuadradas y tatuajes demenciales y a una chica rubia con cara de rusa y pecas. Carolina en cambio se subió al escenario y se hizo cargo ella de todo, pero aclaró que ellos existen y son su guía imaginaria para lo que busca crear. Y básicamente dijo que son todo aquello bueno y bello que en el fondo cada uno tiene como patrón.

Así que supongo que todavía puede existir esa pareja que imaginé. Carolina es fresca y nos explica cómo fue cambiando, pasando de una disciplina a otra, viajando y viviendo mucho tiempo en otra parte. Y termina volviendo a la ciudad y empieza a imaginar y a crear, una y otra vez. Hasta la remera Lovely.

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«Así que la compraste en la Ituzaingó. Ajá», parece decirnos Caro.

La Lovely t-shirt es un concepto naturalmente desprendido de T&A: una pareja de personajes que simbolizan una forma de relacionarse, de amar, de crear eso nuevo que aparece sólo de a (ciertos) dos. Me acuerdo de una convocatoria muy bien recibida para tirar ideas de nuevas parejas. Las respuestas no se hicieron esperar, y aquellas más sonoras terminaron viendo la luz como nuevas Lovelys. Es la remera que usa la oradora en las fotos, para ser precisos. Y es también su catapulta a la masividad del mayorista y al paraíso de la piratería textil.

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Miradas atentas sobre murales feroces.

Caro recuerda cuando iba cruzando una calle en NY, y en sentido contrario venía cruzando una chica con su Lovely t-shirt: su cara se vuelve chispas y burbujitas. Y cuenta también sobre la chica que compró todos los modelos. Parece que Tomás & Anouk siempre se salen con la suya.

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 Aterriza la nave. Agustina Palazzo y Luz Novara son Apolo FM.

Las chicas están a cargo de (posiblemente) la emisora más rara e irreverente del momento. Apolo está firme en el 91.7 del dial desde hace un tiempo ya. No puedo hablar de esta radio sin antes decirles que oyéndola uno puede prescindir perfectamente de la tele y hasta del internet, por lo menos durante 6 meses, sin ningún inconveniente. Lo sé por experiencia.

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«El dia en que nací», reza la placa de papel. Un día loco seguro.

Las chicas hablan de las canciones que no pueden etiquetarse. Hablan de la radio «sin palabras». Dicen más veces la palabra música que la palabra programación. Y no olvidan El Servicio Postal o El País de los Hoteles, momentos en la emisión en los la charla deleita  con excelentes recomendaciones musicales, o con viajes astrales hacia otras ciudades dibujadas en el aire.

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Looks divertidos para enfrentar terrícolas.

Los sellos locales tienen alta rotación en esta radio. Los eventos y recitales también. Todo se mueve y orbita alrededor de la música y de los buenos momentos. Otra placa dice «Mi primer millón»; al principio puteo un poco porque voy a estar cantando eso todo el camino a casa. Y al rato las chicas miran a todos como diciendo: «Bueno, todavía no sucedió». Pero no les importa mientras siga existiendo esa audiencia fiel y variopinta, ese oyente atento.

Los Que Hacen Que Las Cosas Pasen (no sé si lleva taantas mayúsculas) es un ciclo organizado por la revista Dadá Mini y que tiene lugar en el bar ídem, los martes a las 19:30. Atentos que hay hacedores para rato, elijan su propia aventura.

Manténgase informado:

– Llantodemudo Ediciones

– Tomás & Anouk

– Apolo 91.7 FM

– Dadá Mini Revista

– Dadá Mini Bar

 

Fogata en Güemes

Lunes 23 de junio. Veo uno, dos posters, mientras camino por el centro, pegados en los postes y en las paredes. Pero me aguanto las ganas y no me los choreo. Después, leo un titular en el diario: Fogata en Güemes de 18 a 21, la fiesta de San Juan, la décima edición. Y después, recibo un mensaje de texto: hoy no puedo, pero mañana te espero en la fogata.

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Llegamos unas horas después del comienzo, el martes a las 21. Un par de fuegos arden todavía apenas doblamos por Cañada, algunos cuerpos se acercan bien a su calor. Un chico con la mirada perdida atiza el fuego, lo mueve de vez en cuando con un palo de escoba.
Los demás cuerpos nos estamos moviendo, constantemente, sin conocer nunca los límites verdaderos del tumulto.

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Personajes misteriosos con ansias cotidianas.

La fogata estuvo organizada por el Teatro La Luna, como lo vienen haciendo desde el 2004, y a esta edición se sumaron varias organizaciones culturales de la zona. Las cuatro cuadras que confluían en fructuoso Rivera y Pasaje Escuti estaban pobladas de vecinos ofreciendo empanadas y refrescos varios.

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Un cartel bien colocado, al ras de la multitud, nunca pasa desapercibido.

Y cuando caminamos un poquito más allá, siguiendo el ritmo de unos tambores, un centro de reuniones se había convertido en el alma de la celebración. Una orquesta de cumbias sonaba sin detenerse. Bien cerquita del escenario, bailando, ya no se sentía el frío.
Era casi la medianoche y nadie sabía muy bien hasta cuándo seguía la fiesta. Pero por las dudas nadie se iba. ¿Qué puede estar más bueno que un mini carnaval en época invernal?

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Humo cobijando a la multitud del resto de la ciudad, por unas horas nomás.

La fogata tiene que ver con varias celebraciones, algunas más cercanas al catolicismo y otras no tanto. La quema es simbólica: se arrojan al fuego figuras y representaciones de lo que buscamos dejar atrás, para empezar la nueva estación de otra manera. Todavía recuerdo algunas caras ungidas con cenizas: un zig zag en los cachetes, unas líneas en la frente o unas manchitas en la punta de la nariz.

Un pan relleno oportunamente adquirido y unos últimos tragos nos mandaron a dormir a casa. Pienso en las nueve noches de borrón y cuenta nueva de las que nunca participé. Ésas serán un completo misterio para mí. Pero esta fogata es nuestra para siempre.

Bonus Tracks: a colores.

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Para más info, fijarse en estas páginas:

– «Se celebra el rito de la fogata de San Juan en barrio Güemes», nota en Cba24n.

Teatro La Luna Blog y Teatro La Luna en FB

– ¿Qué es Pueblo Nuevo?

 

*Choreo: robo.